Sunday, June 17, 2007

I. LA PEDAGOGIA EN EL SISTEMA DE CIENCIAS CONTEMPORANEAS

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I. LA PEDAGOGIA EN EL SISTEMA DE CIENCIAS CONTEMPORANEAS

“Creo que toda ciencia es cosmología y para mi el interés de la filosofía tanto como el de la ciencia reside únicamente en sus contribuciones al estudio del hombre”.
K. Popper.

La precisión del sistema de conocimientos que constituyen el cuerpo teórico de una ciencia en el marco del sistema general de los conocimientos científicos que se ha logrado en determinada etapa histórica de la humanidad, es un aspecto fundamental para la adecuada labor ya sea docente, investigativa o práctica del especialista de una ciencia determinada, puesto que el vertiginoso desarrollo científico-técnico de la época contemporánea hace que la información y los datos de las ciencias se incrementen y envejez­can a velocidades asombrosas. Es suficiente decir que hay autores que señalan que cada seis años se duplica el saber científico acumu­lado; y esto, como es lógico, tiene sus consecuencias en cada ciencia que es penetrada constantemente por los conocimientos de otras y que a su vez sus propios conocimientos penetran en las demás. Por eso, la determinación del lugar de una ciencia entre las restantes y el sistema de las interrelaciones a que se encuentra sometida, es en la actualidad un importante problema filosófico, teórico y metodológico, que la práctica social avanzada ha devela­do ante los científicos y especialistas de las diferentes disci­plinas del conocimiento.

Lo anteriormente expuesto, indica que el problema de la clasifi­cación de las ciencias es uno de los más importantes, actuales y generales de la ciencia contemporánea, por lo que al realizarse el análisis de los fundamentos generales de cualquier disciplina científica ocupa un lugar prominente. Por otra parte, es tan viejo como la ciencia misma, ya que una particularidad de ésta desde sus inicios, es el intento de recopilar, ordenar y sistematizar los conocimientos, por lo que el problema ha recorrido un largo camino, tanto desde el punto de vista histórico como lógico, que en el presente trabajo resulta imposible detallar, aunque por su aporte al problema y significación para una clasificación objetiva de las ciencias nos detendremos en el análisis de lo planteado al respecto por Augusto Comte. (1798-1857).

La base histórico-cognoscitiva para la clasificación de las cien­cias establecida por Comte, constituyó un serio esfuerzo para dar una adecuada respuesta a tan complejo problema, aunque incomple­to, como se puede suponer, dado el enfoque estrictamente posi­tivista del mismo. Comte introdujo la idea de las tres fases del desarrollo del conocimiento humano por las que pasan sucesivamente todas las ramas del saber: la fase teológica, la metafísica y la positiva, que para él es la científica. Plantea de esta forma y de manera relacionada los dos problemas centrales de la ciencia, sus estructuras lógicas e históricas, o sea, la clasificación de las ciencias y la periodización de su historia.

La significación histórica y filosófica de los trabajos de Comte para la solución de este problema queda caracterizada en el si­guiente planteamiento de B.M. Kedrov:

"La importancia de la clasificación comtiana en las ciencias se puede descubrir más plenamente si se compara con la clasifica­ción de las ciencias hecha por Engels, que vino a reemplazarla. Exteriormente el esquema de Engels es parecido a la clasificación comtiana, pues contiene también una sucesión de ciencias: matemá­tica, mecánica, física, química, biología e historia. pero sus principios son diametralmente opuesto a los de Comte: no la yux­taposición de las ciencias y su coordinación sino el desarrollo, la deducción de unas ciencias de otras, de igual manera que las formas superiores del movimiento de la materia surgen y se desa­rrollan en las inferiores; esto es lo más esencial para la clasifi­cación de las ciencias creada por Engels. En su base se halla el principio de la subordinación" (1).


La comparación realizada por Kedrov entre la clasificación de Engels y la comtiana nos muestra los valores de esta última en su etapa histórica concreta y su adecuada orientación; pero sus li­mitaciones sólo son superadas por Engels dado el empleo del méto­do dialéctico en la solución del problema, que le permite estruc­turar la clasificación de las ciencias como un reflejo de la con­catenación y transición de las distintas formas del movimiento de la materia. Por consiguiente, Engels sienta nuevas bases para el adecuado enfoque científico del problema, al determinar, funda­mentado en el materialismo dialéctico, que su eslabón central está en la concepción de las formas del movimiento de la materia y al definir la clasificación de las ciencias en su obra "Dia­léctica de la Naturaleza” como "el vínculo de las ciencias"(2).

Posteriormente Lenin continuó el desarrollo de esta concepción de Engels; y otros marxistas del siglo XX se fundamentaron en ella, por lo que en la actualidad "la clasificación de las ciencias significa el vínculo de las ciencias, expresada en su ordenamien­to en una sucesión determinada o en un sistema según ciertos principios generales".(3).

Por tanto, la clasificación de las ciencias es la unificación de todos los conocimientos en un sistema único, en el cual se refle­jan la lógica del objeto de estudio y las concepciones generales sobre el mundo y su conocimiento por el hombre; lo que nos indica que es un sistema muy complicado donde se articula todo el cono­cimiento científico moderno que puede ser de dos tipos: los cono­cimientos del individuo y los del colectivo, que es un producto integral de la actividad humana en su conjunto. Se comprenderá entonces, cómo el análisis de la categoría práctica social está indisolublemente unido al problema de la clasificación de las ciencias, al ser ésta la vía para la obtención del conocimiento y para la verificación de éste, es decir, para el establecimiento de la teoría científica referente a cualquier aspecto del mundo, ya sea la naturaleza, la sociedad o el pensamiento.

Yurí Durasievich,(4) al tratar de determinar el lugar de la Peda­gogía en el sistema de ciencias, toma en cuenta las consideracio­nes anteriores y retoma la clasificación de las ciencias de Engels que actualiza al agregar ciencias particulares tan modernas como la cibernética; aunque no la ubica de manera declarada en el esquema que presenta, que es el siguiente, quizá para mantener íntegramente los principios y la estructura elaborada por Engels:

1. Filosofía (dialéctica y lógica)
2. Matemática
3. Ciencias que estudian los sistemas astronomía
de una serie sustancial y enérgica mecánica
de formas de organización de la física
materia. química

4. Ciencias que estudian una serie biología
antientrópica de formas de organización antropología
de la materia. estudios sociales

Al interpretar este esquema, el referido autor se fundamenta en diferentes postulados donde se precisan las múltiples interrelaciones posibles, pero en la estructura general utilizada, solamente destaca cuatro esferas generales del conocimiento que no se cruzan en sus materias generales:
· la filosofía
· la matemática
· las ciencias prácticas
· las ciencias de la esfera del conocimiento

Todos estos grupos, plantea Durasievich, están estrechamente relacionados y tienen en "sus puntos de unión" gran cantidad de disciplinas que se cruzan. Es decir, presenta un modelo de clasificación teórico fundamentado en los principios del materialismo dialéctico e histórico, pero las materias específicas (ciencias particulares) se integran obligatoriamente en estas cuatro esferas generales del conocimiento y al no interrelacionar tampoco, el contenido de la práctica social con el objeto de estudio de estas ciencias, deja el esquema a un nivel teórico tal que no permite establecer en toda su multiplicidad el lugar y las interrelaciones de las ciencias particulares que la componen, por lo que el lugar que ocupa la Pedagogía y la Psicología dentro de esta clasificación resulta todavía impreciso.

Sin embargo, si nos ubicamos en los problemas concretos de la práctica pedagógica, se puede establecer con mayor o menor grado de dificultad relaciones interdisciplinarias comprometidas en el problema, por lo que la concreción del modelo teórico en la práctica y su enriquecimiento lógico a partir de ésta, consideramos es la fórmula (teórica también, dados los objetivos y posibilidades de este trabajo) para dar respuesta acerca de las relaciones entre las ciencias particulares en el campo de la clasificación de las ciencias. En fin, nada mejor para caracterizar la esencia de la problemática de la relación entre las ciencias que integran el sistema clasificatorio marxista-leninista que las siguientes palabras de C. Marx y F. Engels: "Todas las ciencias, empezando por la mecánica y terminando por la filosofía, están estrechamente vinculadas entre sí y constituyen en última instancia un sistema de determinadas relaciones mutuas". (5)

Por tanto, debemos agregar que para comprender ese "sistema de determinadas relaciones mutuas" hay que dejar esclarecido el as­pecto relativo a la naturaleza de la práctica, tanto en su acti­vidad gnoseológica como axiológica, ya que nos permite conocer el proceso de obtención de conocimientos científicos en cuanto a su fuente o su génesis, y sus resultados, en cuanto a su introducción y aplicación social; así como la valoración que el científico y la sociedad, hacen de éste, pudiendo ubicarse de esta manera cada disciplina científica en el justo lugar que la corresponde en el sistema de la concepción del mundo de cada etapa histórico-concreta, es decir, precisar la función cosmovisiva que desempeña determi­nada ciencia en el marco de las demás, aspecto que por supuesto está íntimamente relacionado con la asunción filosófica del autor, dada en la infinidad de corrientes que se mueven en la contempo­raneidad: positivismo, neopositivismo-lógico, pragmatismo, neoto­mismo, marxismo, existencialismo, fenomenología, por solo citar algunas de las más significativas.

Pero conociendo que la concepción científica del mundo la integra no sólo el cuadro científico del mundo, dado por la ciencias par­ticulares, sino también las formas valorativas de la conciencia social y que muy particularmente la filosofía constituye su núcleo por ser su fundamento teórico y metodológico, necesariamen­te el primer aspecto a abordar en la determinación a este "siste­ma de relaciones mutuas” es la relación de la Filosofía con las ciencias particulares.

La relación Filosofía-Ciencia en un viejo problema, con una larga historia que surge en la Antigüedad donde se concebía a la Filo­sofía como "la madre de las ciencias" y al filósofo como un eru­dito que debía dominar todo el saber humano. En la etapa actual en el marco de la filosofía moderna , y en especial la marxista se esclarece esta relación en el sentido de que se establece que la Filosofía puede dar a las ciencias una metodología general y una concepción del mundo, pero que estas dos funciones metodológicas y cosmovisivas de la Filosofía con relación a las ciencias deben ser examinadas cuidadosamente con el prisma de la dialéctica materialista.

Ya en 1843, Marx advierte que cada ciencia tiene sus propios métodos y que por ello no es posible decir que la Filosofía aporta el método a las ciencias porque sería volver a las tendencias iniciales de ésta. Por otra parte, la Filosofía es el núcleo de la concepción del mundo y no la concepción científica del mundo mismo, que incluye además, otras formas de conciencia social y el cuadro científico del mundo, que dan precisamente las ciencias particulares. Es por ello que la dialéctica materialis­ta de la Filosofía marxista-leninista puede ser el método general de conocimiento del cual se deriven las diferentes disciplinas del conocimiento, sus métodos específicos y formas verdaderamente científicas de explicar la parte de la realidad definida como su objeto de estudio, en proceso de surgimiento, desarrollo contra­dictorio, desaparición y transmutación.

Pero en ningún momento los métodos del materialismo dialéctico e histórico pueden suplantar los métodos particulares de cada ciencia, que deben ser establecidos, desarrollados y perfilado por éstas.

Haciendo un balance crítico del problema del desarrollo de las ciencias sociales de base marxista-leninista, en particular una de sus limitaciones consistió en la suplantación metodológica del materialismo histórico de otros métodos más concretos que llevaron a un examen metateórico de los problemas que no permitió develar su esencia misma ajustada a la realidad.

Se concibió un modelo social idílico porque entre otras razones la naturaleza tan generalizadora de la metodología de estudio de la realidad lo refrendaban, lo que golpeó el empleo del enfoque interdisciplinario a pesar de existir una adecuada noción de éste, basado en el examen de una avanzada elaboración y clasifi­cación de las ciencias y de la metodología científica.

En la actualidad se concibe que el abordaje con una óptica verda­deramente científica del problema de la clasificación de las ciencias tiene una profunda significación epistemológica porque "determinar de qué manera las ciencias se vinculan entre sí conduce, necesariamente a tomar posición siquiera de modo implí­cito, respecto de sus estructuras de conocimiento" (6).

Por ello, el problema de la clasificación de las ciencias es un aspecto esencial de la epistemología contemporánea, que por razo­nes del objeto del presente trabajo no vamos a agotar, sólo haremos referencia al enfoque presentado por la epistomología genética por la importancia para la comprensión de la relación Filosofía-Pedagogía y los problemas metodológicos de la construc­ción del conocimiento científico en general y del científico pe­dagógico en particular.

Este enfoque elaborado por Jean Piaget y sus colaboradores parte por concebir a las ciencias contemporáneas integradas en un gigantesco sistema, donde se da una interrelación dialéctica y de gran com­plejidad entre todas y cada una de ellas como unidad y partes del sistema.

Otra noción esencial y que supera a todos los intentos de clasi­ficación de las ciencias anteriores (Spencer, Comte, Cournet, Navilles, Reymond, Gruye, etc. excepto Kedrov a mi modo de ver) es la de presentar "una estructura de orden necesariamente cícli­ca e irreductible a toda forma lineal" (7), que lo llevan a una comprensión dialéctica de las interrelaciones objetales y funcionales entre las ciencias. Resulta de esta manera el hecho que los cuatro grandes conjuntos de ciencias que conci­be: (I, ciencias lógico-matemáticas; II, ciencias físicas; III, ciencias biológicas y IV, ciencias psicosociológicas) no tienen un orden serial, predeterminado, sino que se da una interdetermina­ción cíclica que se amplía a toda la gama de posibles permutaciones matemáticas entre las partes y el todo y viceversa, pues cada conjunto de ciencia, e incluso cada ciencia incluida en alguno de estos conjuntos puede establecer "diversos tipos de dependencia, reducción o filiación entre una y otra ciencia, pues cada uno de estos problemas presenta un evidente alcance episte­mológico",(8)

No obstante el indudable valor epistemológico y la actualidad de la clasificación genética de las ciencias, su alto grado de generalidad y su estricta configuración lógica, no permite siempre resolver en la práctica investigativa los problemas concretos de la relación Filosofía-Ciencias particulares y menos aún encontrar el lugar de la Pedagogía en el sistema de ciencias contemporá­neas, ya que incluso ni siquiera hace mención de ésta en el con­junto correspondiente (IV, ciencias psicosociológicas).

Por todo lo anterior, en la actualidad, entendidos en la materia como Kedrov y Orudzhev al abordar la relación Filosofía-Ciencias Particulares conciben que se da una relación entre lo general y lo particular mediado por eslabones concretos. Así, estos autores señalan que es como si la Filosofía penetrara en la ciencia, como si los métodos particulares de las ciencias fueran la expresión del método general de la Filosofía. Claro está, no se trata de una yuxtaposición, sino que es un proceso dialéctico de subordinación por lo particular, es expresión de lo general que sólo puede manifestarse en lo particular mediante hechos concretos. Por ello la Filosofía puede nutrirse de los datos que le aportan las ciencias y éstas nutrirse de los métodos generales de la Filosofía.

La Pedagogía como ciencia de la educación, concebida esta como un pro­ceso consciente, organizado y dirigido, ocupa uno de los primeros lugares dentro del sistema de ciencia sociales y como tal está indisolublemente relacionada con la Filosofía.

La Filosofía le sirve de base metodológica a la Pedagogía; y la Filosofía marxista-leninista a la Pedagogía Socialista, que es la ciencia que estudia la educación del hombre en la sociedad socia­lista como es el caso de Cuba, aunque en este país, este enfoque surge y se vincula con la rica tradición legitima y no marxista como lo es el pensamiento martiano. Es por ello, que la esencia de la interrelación entre ambas está en que, "apoyándose en la metodo­logía dialéctico-materialista de la Pedagogía, investiga y formula las leyes pedagógicas y los principios de la enseñanza y la educación".(9)

La afirmación anterior, resalta el propio Durasievich, no significa que la Pedagogía pueda reducirse a la Filosofía, a analizarse como filosofía aplicada; pero puntualiza que el enfoque de los fenómenos pedagógicos desde una posición dialéctico-materialista es condición del hombre; por ello, el carácter de ciencia que tiene la Pedagogía lo toma precisamente de la Filosofía Marxista que le permite abordar su objeto de estudio con métodos de probada efectividad, que proporcionan un sistema de conocimientos científicos acerca del proceso pedagógico que al igual que el de otras ciencias está en transformación permante dado su condicionamiento al desarrollo de la sociedad, las demás ciencias y la propia práctica pedagógica.

Una vez analizado el fundamento marxista-leninista del proceso de clasificación de las ciencias y de las interrelaciones entre éstas, así cono la valoración critica de otros enfoques como el de la epistemología genética; es que estamos en condiciones de explicar la relación de la Pedagogía con otras ciencias, para lo cual será necesario retomar la tesis del papel determinante del análisis de la práctica social para el establecimiento de las verdaderas relaciones entre las ciencias que, por abordar siempre un aspecto determinado y concreto de la realidad, es objeto y expresión de ésta, materializada en las múltiples formas que pueda adoptar la relación sujeto-objeto. Por esta razón, sin el enfoque mutifacético de éste y sin la compresión del cuerpo teórico de éstas, expresado en el sistema de conceptos, categorías, leyes y principios que lo integran, resulta imposible estudiar el sistema de relaciones interdisciplinarias en que está inmersa la ciencia.

Dado estos elementos profundizaremos en primer término en el ob­jeto de estudio de la Pedagogía y sus ramas para después poder establecer más objetivamente su relación con otras ciencias afi­nes.

La Pedagogía como ciencia de la educación del hombre aborda cuatro aspectos básicos según Raisa Rudenko (10)

· Estudia las leyes de la dirección del proceso educativo, las leyes de la educación escolarizada fundamentalmente;
· Determina los fundamentos teóricos del contenido y de los métodos de educación, la instrucción y la enseñanza;
· Estudia y resume la práctica (experiencia) más avanzada en el campo de la educación instrucción y enseñanza;
· Pone al descubierto la técnica de la ciencia pedagógica, sus secretos y concede al pedagogo el dominio de los procedimientos modernos, más perfectos en el campo de la educación y la enseñanza, el arte completo de influir en el educando.

Analizando la magnitud de estos aspectos básicos se comprende la necesidad de efectuar divisiones que permitan sistematizar la profundización de determinados aspectos del objeto de estudio de la Pedagogía, el cual evidentemente no se puede abordar de manera frontal, en toda su multiplicidad y despliegue, es por ello que este desarrollo ininterrumpido y la ampliación permanente del objeto de la Pedagogía han dado origen a un sistema de ciencias pedagógicas integrado ( según mi criterio derivado en gran medida del texto de pedagogía del MINED), fundamentalmente por las siguientes ramas: (Anexo No. 1).